enero 18, 2008

DEL DIARIO DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA


36. (14) Una vez fui llamada al juicio de Dios. Me presenté delante del Señor, a solas.
Jesús se veía como durante la Pasión. Después de un momento, estas heridas desaparecieron y quedaron sólo cinco: en las manos, en los pies y en el costado.
Inmediatamente vi todo el estado de mi alma tal y como Dios la ve.
Vi claramente todo lo que no agrada a Dios. No sabía que hay que rendir cuentas ante el Señor, incluso de las faltas más pequeñas.
¡ Qué momento ! ¿ Quién podrá describirlo ? Presentarse delante del tres veces Santo.
Jesús me preguntó : ¿Quién eres ? Contesté: Soy Tu sierva, Señor.
Tienes la deuda de un día de fuego en el Purgatorio.
Quise arrojarme inmediatamente a las llamas del fuego del Purgatorio, pero Jesús me detuvo y dijo:
¿ Qué prefieres, sufrir ahora durante un día o durante un breve tiempo en la tierra ?
Contesté: Jesús, quiero sufrir en el Purgatorio y quiero sufrir en la tierra los más grandes tormentos aunque sea hasta el fin del mundo.
Jesús dijo: Es suficiente una cosa. Bajarás a la tierra y sufrirás mucho, pero durante poco tiempo y cumplirás Mi voluntad y Mis deseos.
Un fiel siervo Mío te ayudará a cumplirla.
Ahora, pon la cabeza sobre Mi pecho, sobre Mi Corazón y de él toma fuerza y fortaleza para todos los sufrimientos, porque no encontrarás alivio ni ayuda ni consuelo en ninguna otra parte.
Debes saber, que vas a sufrir mucho, mucho, pero que esto no te asuste, Yo estoy contigo.

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