julio 26, 2009

POR SI CONSIDERAS CASARTE.

El matrimonio es un paso difícil para dar, porque implica un compromiso real y no espontáneo. Es lamentable saber que hoy en día un número importante de los matrimonios acaban en divorcio después de cierto tiempo, o recién haberse jurado amor eterno. Las consecuencias no sólo son en lo sentimental, al quedar dañados los sentimientos, sino que el dolor es canalizado hacia lo material, sobre quién se queda con la casa, los muebles, las cuentas de banco, etc. Pero lo que más daño causa es el dolor que se le causa al alma al esposo y a la esposa y a los hijos, si es que los hay.
Por eso, si en tus planes a corto plazo está el casarte, piénsalo bien. El matrimonio es un sacramento, por lo cual no debes jugar con él.
Los encuentros para novios o pláticas con parejas guía son una buena opción que te ayudará a crear un panorama de cómo será el futuro en pareja.

Conoce bien a tu pareja y medita si realmente es la persona indicada para compartir tu vida, ya que el matrimonio no sólo es felicidad y compartir ratos agradables, sino también la crianza de los hijos, los quehaceres, obligaciones, en fin, buenos y malos días.

Debes también conocer sus costumbres no sólo familiares y/o regionales, ya que puede ser de otro lugar distinto al tuyo, para que luego no te sorprendas si tiene alguna tradición que quizá, aunque suene mal, no sea de tu agrado.


También conoce a su familia y permite que conozca la tuya, no escondas de dónde vienes y quiénes son las personas que han estado contigo, porque la familia de origen jamás debe negarse. Permite que haya una convivencia sana entre tu pareja y los tuyos, pero ten cuidado, porque muchas ocasiones esto representa un problema. Antes de que conozcan a tu pareja, debes preparar a la familia y hacerles ver que es una decisión tuya.


Es normal que en el primer contacto la familia proteja a uno de los dos, por ello debes estar preparado y ser lo más honesto (a) posible, para que vean tus verdaderas intenciones.
Nunca escondas tu historia personal, sé lo más honesto y busca que lo sean contigo, para que en el matrimonio no se lleven “sorpresitas”.


Finalmente considera que el matrimonio no es una prueba para saber si te gusta o no, por lo que esa decisión debe ser meditada y ser tomada por convicción, no porque tu pareja quiera y tu no. Nunca busques obligar a tu pareja a algo que no quiera, ni busques un matrimonio forzado, y busca ser feliz, porque en este mundo, una de nuestras funciones es buscar la felicidad.

LO QUE HAY QUE HACER EN UN APOSTOLADO

La Iglesia es rica en apostolados, en grupos que se dedican a ayudar a la predicación del Evangelio de distintas formas; hay unos, por ejemplo, que su misión es llevar la Palabra de Dios en la sociedad, otros se dedican a la contemplación y la oración, otros a la ayuda a los más necesitados. Independientemente del apostolado que sea, se deben tomar ciertas consideraciones especiales que son importantes para que el apostolado rinda cada vez más frutos.

Lo primero que debe considerarse es que, independientemente del apostolado que se practique, es entender que es un servicio que se brinda hacia Dios, no deberá buscarse el lucimiento personal, o el querer quedar bien, o el tener una proyección para que todos digan que X persona hace un apostolado.

Se debe considerarse un servicio ya que es un regalo que Dios da a quienes son capaces, ya que no exige ni confía cosas que no se puedan llegar a cumplir, por eso debe aceptarse como tal, como algo que fue confiado y que se pedirá cuentas por lo que se hizo con ese regalo.

También no debe olvidarse que en un apostolado todos los que colaboran en él son importantes, y no deben tratarse con distinción, ya que todos son hermanos. Ninguno es más que el otro, y todos deben no solo colaborar de manera equitativa, sino opinar de manera igual. Si una cosa beneficia a unos, deberá hacerlo a otros, y si afecta a unos, afecta a todos.

Esto último es algo que debe tenerse a una mayor consideración, ya que es lo que, en algunas organizaciones, cuesta más trabajo. Como en todos los organismos, hay personas que son más afines y otras que no tanto, pero cuando se está en apostolados o “grupos” como algunos los llaman, esto no debe existir. No debe ni puede llamarse una persona cristiano y que realiza apostolado a beneficio del Señor y de sus hermanos, cuando propicia la separación, cuando sólo exige y busca la colaboración económica.
Lamentablemente es algo con lo que tenemos los seres humanos, pero al estar en un apostolado, debemos hacer a un lado nuestros prejuicios, si nos caen bien o mal, simplemente debemos pensar en la meta, que es Cristo, y no en quedar bien ante otras personas, como suele ocurrir. El apostolado es un regalo hermoso, sin importar el tipo, y debemos aprovecharlo y saber ejercerlo con amor, con paz y solidaridad para con nuestros hermanos de grupo y de otros grupos, debemos olvidar las envidias, las competencias y trabajar por el Evangelio, pensar y creer que, como nos dice San Pablo “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos, actúa a través de todos y vive en todos “ (Efesios 4, 5-6).