abril 18, 2009

LA MISERICORDIA AL ALCANCE DE TODOS

Este Segundo Domingo de Pascua es una fiesta especial, en la cual los que confiamos en Cristo vivimos una revelación que confirma no sólo Su Resurrección, sino que el Señor nos ama más allá y que tiene compasión por cada uno de nosotros; me refiero a que Él, con estos actos, es la Misericordia en su más absoluta y perfecta expresión, que sólo Aquel que, sin tener culpa, accedió voluntariamente a dar Su Cuerpo y Su Sangre a favor de la humanidad, podría tener.

Pero ¿qué es la misericordia? Wikipedia define la palabra como “una actitud bondadosa de compasión hacia otro, generalmente del ofendido hacia el ofensor o desde el más afortunado hacia el más necesitado”

Este regalo y por tanto la devoción a la Misericordia, como hoy la conocemos fue difundida por medio del diario de Santa Faustina Kowalska, conocida como "Apóstol de la Misericordia", donde narra las revelaciones que tuvo ella con Jesucristo, y que fueron escritas a petición de su confesor, el Beato Miguel Spocko, y de Cristo mismo.

Las Obras de Misericordia.

La misericordia está al alcance de todos no sólo porque el Señor nos la da como un regalo de salvación, sino porque una parte de ese grandísimo acto de amor podemos llevarlo a cabo con nuestros semejantes. Para ello existen las llamadas “Obras de Misericordia”, tanto espirituales como corporales, que han sido practicadas a lo largo de la historia por hombre y mujeres que de verdad confiaban en el Señor y que, a semejanza de éstos, podemos practicarlas en este tiempo de Pascua:

Obras de Misericordia Espirituales
Enseñar al que no sabe.
Dar buen consejo a quien lo necesita.
Corregir al que se equivoca.
Perdonar las injurias.
Consolar al afligido.
Tolerar los defectos del prójimo.
Orar por los vivos y los difuntos.

Obras de Misericordia Corporales
Dar de comer al hambriento.
Dar de beber al sediento.
Vestir al desnudo.
Visitar a los enfermos.
Asistir al preso.
Dar posada al peregrino.
Sepultar a los muertos.

Y hay un sinfín de obras de misericordia que podemos practicar con nuestros amigos, familiares, compañeros etc., sin necesidad de anunciarlas con grandes actos; simplemente debemos practicarlas en la sencillez, sin esperar recompensas por llevarlas a cabo, e invitar a otros a que las practiquen, porque la Misericordia es un gran don que se nos ha regalado, y que no debemos desaprovecharlo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola saludos, me parece que has puesto lo correcto sobre El Señor de la Misericordia, su festividad, su enlace a través de Santa Faustina Apóstol y Secretaria de Jesús Misericordia, asi como la importancia de saber que es la Misericordia y conocer ó recordar las obras de Misericordia Espirituales y Corporales. Para aplicarnos bajo el concepto de obras son amores y no buenas razones. Gracias. Felipe