diciembre 13, 2008

MÉXICO GUADALUPANO


¿Dónde inició México? Pues muy a mi parecer, aunque sé muy bien que mi siguiente comentario causará molestia e inconformidad, pero México tiene un inicio maravilloso, el mejor que pudo haber tenido. Este inicio maravilloso es el llamado “Milagro Guadalupano”, sí, ya se, que es religión, y que soy guadalupano, pero para mi, y para muchos ese es el momento del nacimiento de la Patria.

Veo ese momento, en que el nativo estaba en una especie como de genuflexión, desplegando su tilma ante el obispo europeo y las rosas cayendo al suelo. Si es verdad o no esta historia, no estamos para juzgar y aunque este relato fuera una simple leyenda, es en el desplegar de la tilma y en esas rosas tocando el suelo cuando se parió a México, porque, seamos honestos, la patria no existía, simplemente eran unas poblaciones con identidad propias diseminadas tanto en Aridoamérica como en Mesoamérica; aunque el Imperio Mexica conquistó y dominó gran parte de Mesoamérica, no era la patria.

La unidad como país, como personalidad jurídica sí prevaleció después de estas rosas en el suelo, pero no la del país como individuo, la de unos mexicanos con otros, se han cometido grandes abusos, grandes males y creo que esa falta de unidad prevalece hasta nuestros días, donde siempre estamos con la idea de que unos nos tienen que obedecer o tenemos que ser obedientes, de que no podemos trabajar juntos, mas que en las tragedias, que es lamentable que sea en estas ocasiones en que nos unimos.

Pienso que México puede dar más, sus habitantes no debemos ponernos el pie: tan parece que siempre nos entristecemos con nuestras tragedias pero nosotros mismos se las provocamos a los demás. Creo que debemos olvidar que existen diferencias y trabajar unidos, no dejarnos vencer por adversidades, aprovechar no solo los recursos naturales que tenemos, sino también los intelectuales, los de la solidaridad, los valores esenciales del ser humano.

Dejemos de ser indiferentes ante lo que pasa, no dejarse vencer por la adversidad que siempre nos ha aquejado, nos aqueja y nos aquejará, y si tenemos la oportunidad de hacer algo hagámoslo.
Santa María de Guadalupe, Emperatriz y Madre de América, desde Alaska hasta Tierra de Fuego, espera pacientemente a sus hijos. Es en María en quien debemos poner toda nuestra confianza, ya que ella nos llevará al Hijo, Ella, al ser la primera cristiana de la Historia funge como Abogada y Madre protectora.
María, intercede por todas las naciones, por sus habitantes y ayúdanos a acercarnos más a Tu Hijo, sé nuestra guía y nuestra esperanza.

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